Un descanso en el corazón de Villarrobledo

La ubicación en pleno centro facilita explorar el pueblo. La habitación era espaciosa y limpia, y el trato del personal siempre fue amable. Disfruté una copa en la terraza con vistas a la parroquia.

El mobiliario presenta signos de antigüedad y el servicio de aparcamiento resultó costoso. Aunque la limpieza estuvo bien, noté que el aire acondicionado necesitaba atención en su funcionamiento.

La ubicación es perfecta, justo en la

plaza de Villarrobledo. La atención del personal fue excelente, especialmente la amabilidad de Jeny y Fernando durante unos días complicados. Sin embargo, el baño podía mejorar, pues carecía de suficiente espacio para productos de aseo.

La ubicación es perfecta, justo en la plaza central. El aparcamiento es cómodo y hay una buena relación calidad-precio. El personal fue muy amable y la limpieza estuvo bien.

No tengo ninguna queja.

Todo bien, pero mobiliario antiguo.

Estancia genial en la plaza Ramón y Cajal. La habitación era amplia y limpia, y la ubicación te permite explorar lo mejor de la zona, muy cerca de la iglesia.

Pero, cielo, los ruidos de la discoteca podrían hacerte pensar que estás en un festival.

Aprovecha las clases de cocina que ofrecen para aprender sobre la gastronomía local de manera interactiva y divertida.

Corto, claro y al pie

Un hotel cómodo y céntrico, ideal para una noche. Las habitaciones son amplias y limpias, pero puede haber problemas de ruido debido a la discoteca cercana. El desayuno es básico, pero aceptable. El aparcamiento es limitado y hay que estar atento al check-in que puede ser lento.

Las vistas desde la habitación son encantadoras y la cama es cómoda. Sin embargo, la iluminación en la habitación es insuficiente y me faltaron enchufes cerca de la cama. El personal fue correcto, aunque la atención no fue siempre la mejor.

La ubicación es ideal, cerca de la plaza Mayor y la catedral. Con los niños, disfrutamos de la terraza que hay en el hotel, un lugar perfecto para relajarse con una bebida mientras ellos juegan. Las camas son cómodas, lo que ayudó para descansar bien.

A mis hijos les hubiera gustado un área de juegos en el hotel para que pudieran divertirse un poco. La terraza necesita algunas mejoras para que sea más acogedora para los adultos y niños.

La habitación era espaciosa y la cama súper cómoda, lo que ayudó a descansar bien. Sin embargo, había algunos detalles que no me gustaron, las paredes estaban sucias y había poca luz, además no había suficientes enchufes cerca de la cama. La decoración era bonita, pero necesitaría un poco más de mantenimiento.

Fui a una boda y el lugar era funcional. Me gustó la terraza que tiene buenas vistas. El bar sirvió el desayuno muy temprano, lo que me ayudó a comenzar bien el día. Aunque el hotel podría mejorar en varios aspectos, para una estancia corta, estaba bien.

La habitación no tenía buen mantenimiento y el wifi no funcionó. Había problemas con el baño, donde no había espacio para mis cosas. No hay suficientes enchufes en la habitación.

Vistas fabulosas y buena onda

Me encantó la habitación, las vistas son geniales, dan a la plaza. Villarrobledo es un lugar muy acogedor, pero la camarera de la mañana necesita una sonrisa. El bar sirve buenos barios, así que disfrutamos de unos tragos en la terraza. Una pena que el mobiliario se ve un poco viejo.

Una estancia genial con amigos. La ubicación es perfecta, justo en la plaza central, ideal para explorar el pueblo. Visitamos el molino de viento y la cueva de Montesinos, que son paradas clásicas de la ruta. El personal fue muy amable y la limpieza impecable. Recomendamos el desayuno.

El único inconveniente fue que el ascensor no llegaba a la cuarta planta, lo que complicó un poco el acceso a la habitación. Aunque no fue un gran problema, es algo a tener en cuenta si llevas equipaje pesado.

El hotel tiene habitaciones amplias y el chico que nos atendió fue muy atento, facilitando nuestra cena antes de la apertura de la cocina. Ideal para una noche.